miércoles, 13 de diciembre de 2017

2DA VELA DE ADVIENTO EN CASA.

Corona de Adviento 2  Del libro de Oración Común páginas 73 – 79.
Encendido de velas en casa. (Los ángeles y los pastores.)


Oficiante → Bendigan al Señor, quien perdona todos nuestros pecados.
Pueblo → Para siempre es su misericordia.

Lectura: San Lucas 2:8-20
8 Cerca de Belén había unos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando sus ovejas. 9 De pronto se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor brilló alrededor de ellos; y tuvieron mucho miedo. 10 Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de gran alegría para todos: 11 Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor. 12 Como señal, encontrarán ustedes al niño envuelto en pañales y acostado en un establo.» 13 En aquel momento aparecieron, junto al ángel, muchos otros ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían:   14 «¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor!»  15 Cuando los ángeles se volvieron al cielo, los pastores comenzaron a decirse unos a otros:      —Vamos, pues, a Belén, a ver esto que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado.  16 Fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el establo. 17 Cuando lo vieron, se pusieron a contar lo que el ángel les había dicho acerca del niño, 18 y todos los que lo oyeron se admiraban de lo que decían los pastores. 19 María guardaba todo esto en su corazón, y lo tenía muy presente. 20 Los pastores, por su parte, regresaron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían visto y oído, pues todo sucedió como se les había dicho.

Oremos.
Concédenos, oh Señor, la lámpara de la caridad que  nunca se apaga, a fin de que arda en nosotros y alumbre a los que nos rodean; y que por su claridad tengamos una visión de esa Ciudad santa, donde mora la luz verdadera e inagotable, Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Colecta del segundo domingo de Adviento:
Dios de misericordia, que enviaste a tus mensajeros, los profetas, a predicar el arrepentimiento y preparar el camino de nuestra salvación: Danos gracia para atender sus advertencias y abandonar nuestros pecados, a fin de que recibamos gozosamente la venida de Jesucristo nuestro Redentor; que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.  Amén.


Dios omnipotente y de toda misericordia, prende en nosotros el fuego del amor, para que, por su llama purificadora, seamos limpios de todos nuestros pecados, y hechos dignos de adorarte en espíritu y verdad; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Se enciende la segunda vela. (Se puede cantar mientras se enciende)

Luz Alegrante Phos hilaron
Luz alegrante, claridad pura del sempiterno Padre celestial, Jesucristo, santo y bendito: Ahora que hemos llegado al ocaso del sol, y nuestros ojos miran la luz vespertina, te alabamos con himnos, oh Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Digno eres de ser alabado en todos los tiempos con voces gozosas, oh Hijo de Dios, Dador de la vida; por tanto te glorifica el universo entero.

▬ En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;
            Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.
Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;
            Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Padre Nuestro….
▬ Señor, escucha nuestra oración.
                Y llegue a ti nuestro clamor.

▬ Oremos. 
→ Míranos, oh Señor, desde tu trono celestial, e ilumina esta noche con tu célico resplandor; para que, así de noche como de día, tu pueblo glorifique tu santo Nombre; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

▬ Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo y dormidos descasemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, conforme a tu palabra, en paz. Porque mis ojos han visto a tus Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: Luz para alumbrar a las naciones, y gloria a tu pueblo Israel.   

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo y dormidos descasemos en paz.


Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.



QUE EL SEÑOR OMNIPOTENTE Y MISERICORDIOSO: PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO, NOS BENDIGA Y NOS GUARDE. AMÉN.

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